DESAPEGO ALQUÍMICO
Eufemia García
“El objeto del deseo humano, y no somos los primeros
en afirmarlo, es esencialmente lo deseado por otra persona. Un
objeto puede llegar a ser equivalente a otro gracias al efecto
que produce este intermediario, al posibilitar el intercambio y la
comparación de los mismos [..] pone de manifiesto la existencia
de innumerables objetos”
(Lacan en “Algunas reflexiones sobre el yo”, 1951)
Sobre un montículo de ladrillos se posan objetos escogidos al
azar, entregados para ser sacrificados.
Lo ordinario busca nuevas formas alternas a la realidad, que
simbolicen el quiebre de la monotonía.
Desapegarse de la rutina, reemplazar lo material por lo espiritual,
por medio de un proceso de especulaciones y experiencias
llamada alquimia.
Matar el Yo para conversar con el subconsciente y abandonar lo
objetual.
Este es un ejercicio de psicomagia, de intercambio de energías y
transmutación de los sentimientos.
Te invito a que tomes los clavos y los martilles en los objetos.
Sacrificá un objeto del cotidiano.




